El sábado lo acompañe a mi papá al trabajo. A la vuelta de su oficina, me encontré con una casa abandonada habitada por un grupo de gatitos callejeros. Entre ellos vive una hermosa gata que no siempre vivió en la calle. Decidí bautizarla Victoria. Ella tenia una familia que la cuidaba, pero por esas reglas absurdas que algunos adultos imponen, no le permitieron vivir en el nuevo departamento al que se mudaron.
Desde entonces Victoria esta en la calle. Es muy mimosa y le gusta que la acaricien. Es muy educada y hasta sabe viajar en auto.
Estos gatitos tienen una amiga, Ely, ella todos los días les da alimentos, leche y agua. Pero no es la primera persona que los ayuda. Ely recibió esta herencia gatuna de una abuelita, que hoy no puede cuidarlos porque vive en un hogar para ancianos.
Cuando subimos al auto para volver a casa, Victoria se subió a mi lado. Pero lamentablemente no pude traerla. Donde vivo no tenemos mucho espacio. Cuando la baje del auto, me sentí muy triste.
Victoria necesita una familia y yo voy a encontrársela!
Esta historia continuara...